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EL PODER DE HACER EL BIEN

Foto del escritor: Edgar Gómez RomeroEdgar Gómez Romero
El siguiente fragmento ha sido extraído del libro "La Magia Mental" del autor William W. Atkinson.


La humanidad ha reconocido siempre la existencia de una elevada fuerza de la Naturaleza que el hombre ha empleado, consciente o inconscientemente, en el sentido de influir sobre los demás hombres; otras formas de vida; y aun las llamadas cosas inanimadas que le rodean. En los primeros tiempos esta fuerza era llamada “Magia” (Negra y Blanca), Arte Místico, Poder Divino, Milagro, Fascinación, Encanto, Encantamiento, Nigromancia, etc., y en sus más bajos y viles usos, Arte Negro, Hechicería, Brujería, Vodoismo, Hexismo, etc. Por eso es preciso recordar que esta gran fuerza de la Naturaleza es susceptible tanto de un bajo como de un noble uso.

Como toda gran fuerza natural – como la electricidad, el poder de los explosivos, el vapor, los rayos X, el radio, etc. -, esta gran fuerza es capaz de los más altos y más benéficos usos para el hombre, propiamente aplicada; pero capaz también de ser aplicada a los más perjudiciales propósitos. Tan diferentes como son los resultados que derivan de sus varias aplicaciones, la fuerza es la misma en cada caso. Las fuerzas de la Naturaleza no están poseídas de un sentido bueno o malo; su función y propósito es obrar en obediencia a las leyes de su naturaleza, sin atenerse a la cuestión de bien o mal para aquellos por quien o contra quien son empleadas. Esto puede parecer una cosa terrible; pero un momento de reflexión nos hará comprender que ocurre lo mismo en todas las fuerzas naturales y la cuestión del bien o el mal, y su recompensa o castigo, pertenecen a otro plano de vida.


Pero podrá preguntarse por qué deseo informar al público de una fuerza, desconocida a muchos, que es capaz del mal, tanto como de un buen uso y sus naturales resultados. La respuesta es muy sencilla: la ignorancia no es protección contra nada, pues el conocimiento está en posesión de unos pocos, que pueden utilizarlo sobre el ignorante sin sospecha. Cuanto mayor publicidad se dé a la cosa y mejor se comprenda, de mejor manera podrán obtenerse sus buenos efectos y será menor el peligro de su mal uso; prevenir es curar. Si una cosa es buena, cuanto mayor publicidad se le dé, mayor será el bien; si es el mal, cuanto más clara refleje la luz sobre él, menor será el peligro que encierre.

El peligro de todo mal estriba en la Noche de la Ocultación; no en el Sol de la Publicidad “Volverse hacia la luz” ha sido siempre el santo y seña del progreso y la civilización. Y más particularmente es esto así en esta segunda década del siglo XX, en que el interés sobre el Ocultismo y similares sujetos ha hecho que gran número de gentes se haya familiarizado con la fuerza conocida como Magnetismo Mental, prestándoles conocimiento con sus usos, bajo varios nombres y teorías. Y en muchos casos es practicado sobre personas que no conocen el asunto, y por consiguiente, es momento oportuno para que alguien quiera “volver los ojos a la luz”, que pueda ser vista por todos los hombres, y conocida como es, capaz de los más altos y más bajos usos; pero una gran fuerza de la Naturaleza.



Extraído y editado por Edgar Gómez Romero.



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