El siguiente fragmento ha sido extraído del libro "Fracasos Exitosos" del autor Bernardo Stamateas.
Muchos dicen: "¡Suerte!" -cuando saludan-; "¡Qué mala suerte que tengo!" Y todo lo que sucede alrededor de sus vidas lo relacionan con un golpe de suerte o de casualidad.
Por cierto, existe gente a la que todo le sale mal en todos los ámbitos en donde se maneja, tanto en lo social, como en lo económico, aún en lo familiar. Inclusive ellos mismos se consideran personas "yetas" o de mala suerte. Pero nada de todo esto es así. No existe la casualidad sin la causalidad. Suerte es estar en el lugar adecuado a la hora apropiada.
Shirley Mac Laine actuaba en un coro desconocido; pero, un día, la actriz-bailarina principal se rompió una pierna y ella fue la elegida para ser su reemplazante. A partir de ese día, comenzaron a llamarla y a hacerse famosa.
Un psicólogo inglés estudió por el término de diez años a personas con buena y mala suerte, y descubrió que la suerte no existe, sino que hay gente con ciertas características que determinan estar en el lugar correcto, en el tiempo correcto.
Otra conclusión a la cual arribó es que aquellas personas que son afortunadas, realmente lo son en todas las áreas de sus vidas, mientras que los que se consideran desafortunados o nacidos sin estrella, fracasan en todo lo que comienzan.
En verdad, lo que necesitamos saber es que nadie nace ni con buena ni con mala suerte, ni con mejores o peores genes, ni "con estrellas o estrellado". No nacemos con una herencia de buena o mala suerte; tampoco, al nacer, traemos una carta escrita donde están fijados todos los pasos que vamos a dar. Al destino lo hacemos nosotros cada día al elegir y decidir que hacer. Libremente elegimos y contorneamos nuestro propio destino, haciéndonos cargo de todo lo que suceda en él. Recuerda que somos los productores y directores de nuestra propia vida. Nacemos con todo un potencial y una capacidad creativa que puede atraer hacia nuestra vida lo que nosotros mismos nos encarguemos de generar.
Extraído y editado por Edgar Gómez Romero.
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